Desorientado
noviembre
amaneciste
melancólico;
eternizado de
grises,
rumiaba tu crespo
firmamento;
tus eclipsantes y
abstractas nubes,
lloraban a mares;
sentimientos mudos,
llenaban centurias
de soledad.
Presagiando
obscuridades,
las intrincadas
angustias;
masas acuosas,
se desparramaban en
el turbado éter;
ennegrecido de
pesadumbres,
se saturaba de
tristezas;
y un latido gemelo,
palpitaba muy lejos
de mi corazón.
El taciturno llanto,
empapaba de
nostalgias mi alma;
un chipichipi
interminable,
bajaba con tanta
melancolía;
el ánimo se
extraviaba
en los manglares de
aflicciones;
y no paraban de
acumularse,
cuajados recuerdos
de ti.
Imágenes
encapsuladas,
incineraban el
pensamiento;
martirizaban la
memoria,
con instantes de
agua salada;
la desaforada
máquina de amor,
desorbitaba su
cauce;
y los engranes de
romanticismo,
se pasmaron de
dolor.
Errabundo en un
valle húmedo
de sombras
marchitas,
desde un horizonte
a otro,
era la misma
historia sin fin;
aborregados y
pardos nimbos,
se vaciaban
lentamente;
y sobre el suelo,
se estancaban
los charcos de
suave ternura.
Apoderándose de mi
esencia,
descongelados vestigios;
ofuscado por
oxidantes lágrimas,
el menguado
espíritu;
lastimado de penas
y deterioro,
por mil años de
soledad,
caminé perdido,
bajo la triste lluvia
…de ese noviembre.
e.g.
(Elucidario personal)
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