martes, 29 de enero de 2013

Viví mi vida


Fue un día frío de febrero
cuando la brisa tocó mi cara,
mil besos tiernos llenos de amor
llovieron en mi frente,
las suaves caricias de unas manos
me dieron seguridad,
y esa, mi primera mirada,
fue para una mujer celestial.

Ahí, en el calor de un hogar feliz
mi vida transcurrió,
entre niños, risas, llantos y juegos,
la alegría abundó,
caídas, golpes, dulces y juguetes,
nada de niño faltó,
y paso a paso, el desarrollo,
con el tiempo a mí me llegó.

En esos días de escuela
una semilla comenzó a germinar,
compañeros, maestros,
padres y amigos, todo era ideal,
una calle, un patio y un río,
fueron mis primeros lugares,
un perro, un loro y un pato,
mis mascotas consentidas.

La niñez pasó volando
y la adolescencia tomó su lugar,
más tareas, más maestros y más regaños,
era lo normal,
mil poemas, mil dibujos y mil cartas,
cosas de esa edad,
fantasías y cuentos de hadas,
impregnándose de amor.

Juventud, amor, valor y fortaleza,
todo eso me sobró,
más dibujos, más poemas y más cartas,
el amor surgió y floreció,
del deporte, del ajedrez y la música,
su esencia me apasionó,
un artista medio poeta y escritor,
en mí por fin despertó.

Hoy vivo mi vida
al lado de mi bonita ojos de miel,
de dos traviesos ángeles hermosos
en plena flor de niñez,
una pasión que me llena de amor,
un corazón de poeta,
y un espíritu indómito
tratando de desarrollar un gran don.

Cuando el ocaso llegue
a las puertas de mi plena vida,
con una sonrisa en la cara
recibiré el marchitante otoño,
no me arrepentiré de haber amado
a Dios y a mi Musa,
porque podré decir sin ningún pesar,
…que viví mi vida.



e.g.
(Elucidario personal)

miércoles, 23 de enero de 2013

Mi tiempo


Mirando el reloj
el tiempo se hizo efímero,
sesenta segundos pasaban,
y otro minuto se consumía.

Poco a poco los minutos,
luego fueron horas y horas,
arenas acelerándose al vacío,
y la clepsidra, evaporándose.

Mirando el reloj
el tiempo nunca avanzaba,
segundos con lentitud llegaban,
minutos y horas se estancaban.

Todo era reír, correr y jugar,
tristezas y amargura no había,
solamente investigar y desarmar,
y preguntar por qué y por qué.

Mirando el reloj
el tiempo se cubrió de polvo,
el oxido corroyó los engranes,
y los días no tuvieron sentido.

Fue en la época adolescente,
cambios surgiendo en la vida,
el desarrollo, el cuerpo maduró,
mas el intelecto, aún aletargaba.

Mirando el reloj
el tiempo al abismo desfilaba,
la experiencia, enseñanza dejó,
y la sabiduría, por fin se asomó.

Mil historias mi mano escribía,
mil poemas que mi mente soñó,
libros que en mi corazón vivían,
y un don, que en la tinta surgió.

Mirando el reloj
el tiempo no detuvo su curso,
los momentos se amotinaban,
y más horas kamikazes nacían.

Yo una gran familia formaba,
más amor al corazón le sumaba,
penas y alegrías en mí giraban,
y las canas, comenzaron a salir.

Mirando el reloj
el tiempo se desvanecerá,
los segundos ya no morirán,
y los instantes, serán eternos.

El tiempo se perfeccionará,
jamás se volverá a fraccionar,
un suspiro no tendrá medida,
y el momento, inmortal vivirá.

Mirando el reloj
el tiempo se hizo efímero,
sesenta segundos pasaban,
y otro minuto se consumía.

Poco a poco los minutos,
luego fueron horas y horas,
arenas acelerándose al vacío,
y la clepsidra, evaporándose.


e.g.
(Elucidario personal)

martes, 8 de enero de 2013

Tres mundos


Sentado frente a una playa
veo tres mundos,
un océano saturado
de inmensa vida acuática,
una masa terrestre
ocupada por ciclos bióticos,
y miles de pensamientos
condensándose aquí.

Tres mundos bajo
la misma atmósfera celeste,
en el verde mar
un delfín chapotea sapiencia,
a la orilla, una tortuga centenaria
riega paciencia,
y en la playa, al observar,
se gana experiencia.

Surcando el espacio
de tres mundos diferentes,
del fondo de las diáfanas aguas
brotan las ideas,
en la belleza de los naturales
paisajes, creatividad,
y del interior de un complejo
entender, la poesía.

Vislumbrando la perspectiva
de mundos distintos,
millones de universos
se desplegaron en mi mente,
las esferas fusionadas
se derramaron en versos,
y al abrir mi corazón,
me convertí en ser humano.



e.g.
(Elucidario personal)